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Hacer empresas en “Tiempos Líquidos”: la pérdida de referentes y la urgencia de sentidos y propósito


Zygmunt Bauman (Polonia, 1925-2017) fue uno de los sociólogos, filósofos y ensayistas más influyentes de las últimas décadas. En su libro “Tiempos Líquidos: Vivir en una época de incertidumbre”, nos invita a reconocer un nuevo escenario donde las formas sociales están matizadas por un clima de incertidumbre global que deviene en un verdadero “colapso del pensamiento” especialmente el de la planificación y de la acción a largo plazo. Sugiere que “olvidar por completo y rapidez la información obsoleta y las costumbres añejas puede ser más importante para el éxito futuro que memorizar jugadas pasadas y construir estrategias basadas en aprendizaje previo (“Tiempos Líquidos: Vivir en una época de incertidumbre”, Editorial Tusquetes, 2017, pág. 10). En su libro, realiza una extensa caracterización de la modernidad que estaría en transición desde un estado “solido”, estable y repetitivo, a uno “líquido”, flexible y voluble donde las tradicionales estructuras sociales pierden su capacidad de constituirse como marcos de referencia para los actos humanos construyendo contextos de incertidumbres y generando miedos e inseguridades de características globales.


Agrega que, el antiguo estado moderno se ve desplazado al incontrolable “espacio global” donde el poder político local es incapaz de actuar de manera efectiva a escala planetaria. Esta ausencia de control político, promueve nuevos poderes que entran aparentemente a “subsidiar” al restrictivo estado local que queda, como consecuencia, a merced del caprichoso e impredecible mercado que, dicho sea de paso, va promoviendo una mayor concentración de la riqueza y una mayor desigualdad (y también “desperdicios humanos” como describe Bauman la realidad de refugiados e inmigrantes insertos en una “transitoriedad congelada”). Los individuos, es decir, las personas como yo y como tú, quedan así abandonados a la iniciativa privada global en un mundo interconectado y sin puntos de referencia.


¿Cómo hacer empresa en este contexto de “tiempos líquidos”? Es indispensable hacer un cambio en la gramática organizacional, modificar antiguos conceptos y agregar nuevos. Frente a la incertidumbre, parece oportuno hacerse cargo de las emociones que genera y adoptar un nuevo “hacer” en un contexto de transformación de prácticas y de la adaptación de una tecnología que se incorpora de manera acelerada. Los esfuerzos en este sentido serán necesarios, pero no suficientes para el bienestar individual y colectivo de las personas. En efecto, la co construcción de nuevos sentidos que movilicen las iniciativas empresariales y conecten en lo que es significativo para el “bien común” será también relevante para la sostenibilidad del proyecto que se emprenda. En rigor, el bien común aparece como un nuevo referente conciliador entre las practicas empresariales y la necesaria legitimidad de sus acciones. Pero no sólo la consideración de los intereses y necesidades de las personas, sino que también del planeta en que vivimos que reclama con urgencia un lugar de privilegio en la “casa común” en que estamos todos. Por estas vías, podemos transitar en “tiempos líquidos” contagiándonos de colaboración, empatía, cercanía, participación, diálogo y gratuidad.

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