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Comercio Justo y Día de la Madre: ¿Coincidencia?

¿Qué es el Comercio Justo/ Fair Trade?

El porqué de su importancia creciente


Este sábado 12 de mayo es el Día Mundial del Comercio Justo, que coincide, al día siguiente, con el Día de la Madre. Hay algo ahí que llama la atención, que es muy significativo y que relaciono al final de esta columna.


El comercio justo o fair trade es parte de la familia o ecosistema de "economías sociales" o "nuevas economías", que hoy florecen con fuerza, vigor y a las que muchas empresas, organizaciones y emprendedores se comprometen, pues encuentran en ellas un sentido y propósito más allá del mero beneficio económico. ¡La búsqueda de impacto y aporte al Bien Común!


El Comercio Justo es hoy, una forma de enfrentar las relaciones comerciales en la que priman consideraciones de respeto, transparencia, diálogo, sostenibilidad y compromiso de largo plazo, en toda la cadena de producción. Desde la preocupación del origen de los insumos y su preservación, hasta el consumo final y de responsabilidad, en que el grupo productor, generalmente más pequeño o vulnerable, es reconocido y se le asegura una vida más digna. A su vez, el consumidor puede conocer y reconocer cuál es el resultado de su decisión de compra y si ésta, de verdad, contribuye a un mejor desarrollo sostenible, que conlleva un rostro humano en que se respeten las condiciones laborales, sociales, de entorno, de comunidad y medioambientales.


El Comercio Justo no es viable sin la existencia de consumidores conscientes, a quienes les interesa que el destino de su dinero, en su necesario consumo, tenga un fin que contribuya a crear una sociedad más integrada e inclusiva. Sin embargo, muchas veces, estos ciudadanos consumidores carecen de la información necesaria, adecuada y veraz de parte de las empresas, que les permita generar decisiones de compra coherente y congruente con sus propios valores.



Afortunadamente, cada día, vamos viendo que más y más gente, en especial los jóvenes en Chile, empiezan a querer saber y preguntar sobre el origen de los productos; conocer quiénes los elaboran, porqué los productores trabajan en esto y si al comprar un producto realmente se van generando cambios de progreso y desarrollo en las personas y sus comunidades. Del “Estudio de Caracterización de Comercio Justo y Propensión a un Consumo Responsable y Consciente en Chile”, que desarrolló Proqualitas Consultores para el Ministerio de Economía (DAES), surgen datos relevantes como: “Las personas de edades entre 36 y 45 años, son quienes en mayor proporción se interesan, siempre o casi siempre (50% de ellas) en el origen y forma de fabricación de los productos". Esto es importante como foco de comercialización para productos de comercio justo, pero extrapolable también a productos y servicios de otras expresiones de economía social solidaria. Por ende, empresas y organizaciones en estos esquemas podrían focalizar sus campañas en estos segmentos. Este estudio arrojó muchos datos de interés y propuestas de políticas públicas de fomento aplicables que, esperamos, puedan ser consideradas por las autoridades. Estos temas son, o deberían ser, de interés general para lograr un país más equitativo con prioridad hacía cadenas de valor sostenibles en los procesos de producción, servicios y con foco en dignificar la condición de vida de la población general.


A la par, y tal y cómo lo expresa una reciente encuesta de la “Generación del Milenio”, elaborada por Deloitte, el 75% de los millennials piensa que las organizaciones están demasiado enfocadas en sus agendas y restan importancia a contribuir mejor a la sociedad y al cuidado del planeta. Esta constatación es muy importante, puesto que las empresas deben comprender que su primera función es contribuir al Bien Común, conjugando la productividad con este objetivo básico y actuar en Comercio Justo es coherente con ello.


Vamos logrando buenos resultados, ya hay más de 56 empresas y organizaciones acreditadas en comercio justo actualmente en Chile, hace 10 años no eran más de 15. Programas de regalos corporativos a empresas, con planes RSE que comienzan a privilegiar productos con sentido de comercio justo, que da coherencia al mensaje de esas grandes empresas que practican Responsabilidad Social pero real, y no como mero maquillaje estético, y también empresas grandes o internacionales como Patagonia en que el 38% de sus productos ya están certificados como Comercio Justo o la Viña Miguel Torres, en que el 75% de sus marcas ya están acreditadas y su cadena de valor es sostenible y respetuosa, son buenas noticias que nos alientan a seguir.


Se están logrando programas con instituciones públicas, como CORFO, FOSIS; SERCOTEC; PROCHILE que comienzan a entender que el modelo de comercio justo es una oportunidad real y cierta de salir de la pobreza a través, principalmente, de abrir posibilidades de comercialización.


El Comercio Justo no es caridad, y tal como lo planteaba Nelson Mandela, “erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”. El comercio justo es y busca el respeto al trabajo digno, bien hecho, pero que se puede mostrar al gran público, de la manera más directa posible, tratando de evitar la ganancia excesiva del intermediario. Pero, por otro lado a diario vemos como el consumismo, lejos de generar respeto, crea dependencia, explotación que no alcanzamos a percibir, maximización de utilidades sin considerar los costos laborales y humanos ligados a la producción masiva. Imágenes de marketing que nos prometen la “felicidad y realización” al comprar algún producto, pero si tuviésemos en cuenta o nos preguntáramos que hay detrás de la producción, cómo se efectúa el proceso productivo, muchas veces de origen en algunos países del Asia, si conociéramos realmente todo esto, probablemente no estaríamos dispuestos a consumir lo que se nos presenta como la felicidad envasada. Historias de mucha tristeza, explotación de niños, falta de consideraciones ambientales y miseria, se esconden tras de muchos artículos que hoy se venden en el gran mercado y que nos prometen esta pseudo-felicidad.


Teniendo valores y tomando conciencia de estas realidades, ¿estaríamos dispuestos a perpetuar estos esquemas? Creo y tengo fe en que no.


Comenzaba esta columna admirándome que el Día del Comercio Justo coincida con el Día de la Madre. Es que vemos y nos admira siempre la coherencia de entrega y amor de una madre por sus hijos, y también podemos ver la coherencia en el mensaje y el actuar de un modelo de comercio que respeta y releva al ser humano en su integridad, que es lo que representa el comercio justo. ¡Que feliz casualidad! Nos llama a más entrega, a más dedicación.


Mucho por hacer aún, pero vale la pena apostar al cambio de un esquema de consumismo a un esquema de respeto y con rostro humano en la producción, el comercio y el consumo.





Gerardo Wijnant San Martín

Ingeniero Civil Industrial

Director de Proyectos Proqualitas Sostenibilidad

Consultor de Comercio Justo en Chile

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