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Los Valores de la Economía del Bien Común y su articulación y coherencia en la acción de las empresa


La esencia de la empresa, en los más diversos rubros, es producir bienes y servicios que se orienten a satisfacer necesidades humanas de todo tipo[1]. Con ello, las más relevantes serán aquellas que puedan aportar de mejor manera al bienestar social general y de paso, obtener una legitima retribución o utilidad. Esto último, como una consecuencia y no como el objeto esencial de su accionar, que es aquello que da sentido y coherencia a lo que hace o desarrolla una empresa y que no es precisamente la sola generación de utilidades. Nos referimos al Bien Común, entonces, como el aporte concreto, positivo y medible a la sociedad en general, en respeto a las personas, al medio ambiente y la generación de Sentido y Propósito en lo que hacemos o emprendemos.


La propuesta de la Economía del Bien Común (EBC), impulsada por Christian Felber, busca que los valores que constituyen la base de nuestras relaciones humanas pasen a ser parte y se constituyan en valores de la economía. En ese sentido, define 5 valores esenciales en que, y a través de ellos, podemos evaluar nuestro comportamiento como empresarios o emprendedores en relación con todos nuestros grupos de contacto o stakeholders.[2]



Estos 5 Valores son:

  • Garantizar la Dignidad Humana en todas las acciones ejecutadas por la empresa u organización y en su relación con cada uno de los grupos de contacto e interés con que interactúa. En particular la gestión ética de proveedores, accionistas, colaboradores, clientes y, en términos generales, con todas las organizaciones y en ellas las personas, susceptibles de ser afectadas por la acción de la empresa u organización.


  • Promover la Solidaridad entre las empresas, organizaciones y en general todos los grupos de contacto, priorizando la cooperación sobre la competencia.


  • Sostenibilidad Ecológica a través de la acción preferente sobre proveedores que respetan el medio ambiente y los recursos; generando y promoviendo una cultura acorde al interior de la empresa; generando productos y servicios que consideren, en su diseño, aspectos de eficiencia, suficiencia y comunicación ambiental para disminuir o eliminar los efectos negativos sobre el medio ambiente, garantizando su adecuada conservación y disponibilidad futura.


  • Justicia Social actuando sobre los aspectos internos, reduciendo brechas salariales, fomentando la transparencia en este sentido y en las repercusiones sociales de los productos y servicios creados, asumiendo así la responsabilidad sobre los resultados de la empresa y la actuación ética para impactar al bien común.


  • Democracia y Transparencia logrando mayores grados de participación en las decisiones de la empresa u organización de parte de todos sus colaboradores, cooperando para alcanzar mejores estándares sociales y ecológicos en el sector o rubro específico e informar las acciones y logros de manera transparente a todos los grupos de contacto.


Entonces el Bien Común, es poner a los seres humanos y al planeta, así como el éxito de las relaciones entre éstos, en el centro del sistema económico y la Economía del Bien Común. Busca transferir los valores válidos de relación y constitución/organización al mercado, alentando a los actores económicos a que se comporten y organicen de forma humana, cooperativa, solidaria, ecológica y democrática. “La propuesta de la EBC convierte los valores de la sociedad en valores de la economía”[3].


De acuerdo a lo anterior, el accionar de las empresas, o los nuevos emprendimientos, deberían contener el elemento diferenciador que entrega la consideración de este Bien Común, que hoy se traduce en: requerimientos de sostenibilidad en la cadena extendida de producción o servicio, el impacto social, ambiental y en la comunidad en donde están insertos y como la propuesta contribuye o no, y en qué medida, al Bien Común y si se basa en principios y valores éticos! La herramienta concreta del “Balance del Bien Común” nos conduce a poder medir esta relación entre valores y comportamiento ético en nuestra relación con todos los grupos de contacto.


Desde Proqualitas queremos aportar a esta mirada más integral y de coherencia en el decir y el actuar, de manera que estos valores impregnen de forma concreta el actuar de cada empresa u organización a la que podemos acompañar en sus procesos internos y de relación con sus grupos de contacto. Es nuestro compromiso ético y a eso estamos abocados.



Gerardo Wijnant San Martín

Director de Proyectos Proqualitas Sostenibilidad

Presidente de la Asociación para el Fomento de la Economía del Bien Común en Chile




[1] “Las necesidades humanas fundamentales son pocas, delimitadas y clasificables y son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades”. Ver http://www.decrecimiento.info/2007/09/las-necesidades-humanas-segn-max-neef.html , Max-Neef, Manfred


[2] La base de la propuesta está contenida en el libro “La Economía del Bien Común” de Christian Felber, ed. Paidós 2014


[3] “La Economía del Bien Común” C. Felber, Ed. Paidós, 2014

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