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La importancia de acompañar a l@s líderes en estos tiempos

El cansancio de una pandemia que no termina.


Según datos de la consultora IPSOS, 56% de los chilenos estima que su salud mental ha empeorado desde que comenzó la pandemia, ubicándolo como segundo a nivel mundial después de Turquía. Por otra parte, hace sólo algunos meses, la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre un nuevo fenómeno: la fatiga pandémica. La describió como un estado anímico caracterizado por la desmotivación y agotamiento mental que, entre otros, haría desatender las recomendaciones de autocuidado y cuidado de otros. En definitiva, se constata un estado generalizado de cansancio que, a juicio de los expertos, es vivenciado como una sensación extenuante de fatiga que no termina y que se agudiza por un entorno laboral acelerado, incierto y desgastador que afecta en todos los ámbitos.


En el mundo organizacional, los líderes intentan asegurar la productividad de las actividades, como asimismo la motivación de las personas y equipos. Al buscar estos equilibrios, ponen a prueba su propia resiliencia y energía vital. Así, además de todo, la persona-líder, agotada, intuye que debe disponer de un tiempo extra y excepcional para genuinamente empatizar y atender a personas de su propio equipo o entorno quienes necesitan, al menos, ser escuchadas, consideradas y contenidas.


¿Qué efectos puede tener este estado sostenido en el tiempo?

Aunque los efectos y consecuencias de largo plazo son aún impredecibles, actualmente ya se pueden identificar algunos como el agotamiento vital, la soledad, la pérdida de la motivación y concentración, el desinterés, la desesperanza, la sensación de ahogo, la “asfixia virtual “, entre otros. A su vez, la incapacidad de priorizar frente a demandas, todas urgentes e importantes, acompañado de una autoexigencia ilimitada, empobrecerían la articulación de propósitos significativos y, por consiguiente, la calidad de vida laboral y personal. Así, se sigue e insiste en aquello que no termina nunca con una falsa ilusión de prosperidad que, en ocasiones, no alcanza ni siquiera a ser percibida.


¿Lideres sol@s?, ¿o acompañad@s?

Algunas organizaciones declaran, en una errada conceptualización del “accountability”, que los líderes deben y pueden resolver el equilibrio entre productividad y el compromiso de las personas como parte de sus tareas y obligaciones; “se pueden arreglar solos” pareciera que fuera la consigna. Si bien las realidades y condiciones son diversas entre las organizaciones, esta tendencia es muy frecuente, especialmente en culturas organizacionales que tienden a estructuras más jerárquicas y autoritarias, como también en culturas desprolijas en sus procesos y metodologías, reactivas ( “24/7”) y desarticuladas.


En cambio, las organizaciones que han consolidado propósitos sintonizados con el bien común y han podido cristalizar metodologías ágiles y participativas en entornos de cuidado y de protección de las personas, tienden a abordar las contingencias del contexto de manera colectiva, facilitando espacios de conversación, encuentros, diálogos y aprendizaje colaborativo. En estas organizaciones, los líderes, reciben apoyo y reconocimiento.


Es difícil predecir qué tipo de cultura organizacional asegurará su supervivencia una vez que termine la actual pandemia. Pero, lo que sí se puede adelantar, es que aquellas organizaciones promotoras de experiencias y relaciones significativas, que acompañan a sus líderes y trabajadores, y que además, co-construyen propósitos colectivos conscientes del bien común, serán recordadas como las más valoradas y queridas.



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